En mi adolescente pasado, recuerdo haber paseado por un parque de diversiones local con mi amigo Carlos. Allí tuvimos la valiente o torpe idea de subirnos al "Martillo"; un juego mecánico en forma de combo que te centrifugaba por los aires y te "comprimía y expándia las neuronas". Una vez que conseguí bajarme de aquella parafernalia, comenzé a ver el mundo con otras perspectivas.
Un curioso documental que habla de los logros en el ámbito de la manipulación del cerebro, para incrementar el coeficiente intelectual, efectuando las simulaciones excesivas de Fuerza G.
Luchando inimaginablemente contra la naturaleza de la gravedad. En 1976 el Dr. Matthew Brunswick y el Dr. Nick Laslowicz, comienzan estos estudios en que las leyes de la física podrían influir en la solución de la mayoria problemas de la humanidad.
El proyecto del Cerebro Centrifugador empezó en 1970. El Dr. Brenswick de la Universidad del Estado de Nueva York participaba en una investigación de los efectos de las atracciones infantiles en la curva de aprendizaje de niños de 4 años de edad.
Desarrollamos la idea de construir un mecanismo más grande y fuerte para examinar los efectos en adultos. Las primeras pruebas fueron un desastre. Alcanzaron los 6G y se rompieron. Perdimos el prestigio académico.
Entonces luego tuvimos una idea. El cuñado de Matt estaba en la junta de una compañía que diseñaba y fabricaba atracciones para parques. Tenían los recursos para continuar con los experimentos.
Diseñamos nuestro primer prototipo real que fue el “Esferotón”. Cuando empieza la rotación se levantan los asientos lentamente causando que la gente flote cabeza abajo La dificultad estaba en parar la rotación sin que la gente chocara en los niveles superiores. Fundamos una empresa independiente financiada por visitantes de parques. Bueno, cuanta más gente venía al parque más fondos teníamos.
La segunda máquina se llamaba ”El pastel de boda” debido a las cuatro plataformas situadas una encima de otra. Estas máquinas proporcionan libertad total. Y te desconectaban del mundo como lo conocías gravitalmente hablando.
Comunicación, responsabilidad, peso todo se detiene mientras te centrifugas. Algunos resultados ese año fueron demasiado extremos para publicar así que en la siguiente fase nos centramos en la altura en vez de en la aceleración.
El primer día no se planificó muy bien, ya que todos se querían subir y no se dieron cuenta de que era una vuelta de 14 horas. Algunos se durmieron, otros se saltaron las paradas y siguieron otras 14 horas.
Bien, después de la experiencia del “Transporte de Gran Altura” descubrimos que la gente necesitaba algo que hacer ahí e introducimos una opción interactiva, cada cabina estaba equipada con un botón, así creían que tenían algún control sobre su viaje.
Excepto por un incidente que ocurrió en el “Extensor” donde se colocó demasiado cerca de un edificio no hubo problemas serios y descubrimos un nivel de actividad cerebral indefinida un 30% más elevada que los niños que se quedaban en tierra.
Esta parafernalia se denominó el “Diente de León”. Se diseñó para simular la experiencia prenatal, por ejemplo, cuando una madre camina el bebé se va moviendo, de esta forma intentamos compensar el peso y el tamaño diferencial entre un bebé y un adulto.
El concepto detrás de esto era que el sujeto no tenía ni idea de qué camino iba a tomar y mucha gente acabó reajustando las metas y las aspiraciones de su vida. Ahora solo utilizamos diez mil caballos pero estoy convencido de que cuando alcancemos los veinte mil vamos a ser libres de cualquier atadura y de forma permanente y nos dará estabilidad.
Tuvimos complicaciones, pero yo no diría que fue un error. De todas formas, errar es de humanos. La gravedad es un error. Siempre estamos luchando contra las fuerzas que nos mantienen abajo y toda la vida es un esfuerzo para escapar de esa realidad.
Y tu que harías, te subirías a un juego mecánico como estos?